Los conductores convierten las calles en un basurero

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Las calles de las ciudades checas suelen estar llenas de colillas de cigarrillos que tiran desde las ventanillas de sus automóviles los conductores que fuman. Esta mala costumbre molesta a los demás ciudadanos y preocupa tanto a los Servicios de Limpieza como a la Policía, que lo considera uno de los mayores problemas de los conductores que fuman.

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Los barrenderos de Praga traen cada mes entre 800 y 900 toneladas de residuos al centro de recogida en el barrio de Vysočany, en la capital checa. Gran parte de esa basura está formada por colillas de cigarrillos, que los conductores tiran de las ventanillas de sus automóviles al viajar por la ciudad, según afirma Radim Mana, portavoz de la Empresa de Servicios de Limpieza de Praga.

“Me ha tocado ver personalmente en varias ocasiones esa mala costumbre de los conductores checos. En especial los fumadores al volante aprovechan los cruces con semáforo para tirar las colillas. Aprovechan el momento cuando no tienen que concentrarse plenamente en el tráfico. Lo peor es que a veces junto con la colilla tiran a la calle también una cajetilla vacía de cigarrillos”.

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Las colillas afectan el medio ambiente, pueden contaminar las aguas residuales por su contenido de plomo, cadmio y nicotina, y ocasionar otros males. En la mayoría de los casos, por ejemplo, los conductores no apagan el cigarrillo antes de tirar la colilla de su automóvil, lo que puede resultar peligroso tanto en la ciudad como en el campo, sostiene Petr Vomáčka, de la Central del Club Automovilístico (ÚAMK).

”Pueden provocar un incendio por ejemplo en terrenos con hierba seca y, en el peor de los casos, también pueden ocasionar la explosión de un automóvil que vaya detrás de ellos y tenga afectado el tanque de gasolina. Lo mismo puede pasar con un automóvil a gas que también podría estallar en llamas a causa de la colilla tirada de la ventanilla”.

Esta forma de contaminación preocupa y molesta a los demás ciudadanos, entre ellos al señor Zdeněk, de Praga.

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”A mí me molesta cualquier cosa que se tire de un vehículo al suelo. No entiendo cómo alguien puede hacer algo así. Y da igual si echan por la ventanilla un chicle o una colilla de cigarrillo”.

La Policía puede aplicar una multa contra los conductores y demás viajeros que tengan esa mala costumbre y contaminen las vías públicas, sostiene Petr Habenicht, portavoz de la Presidencia de la Policía.

”Con mayor frecuencia las personas suelen tirar de sus automóviles justamente colillas de cigarrillos y botellas de plástico. El conductor u otra persona que haya violado de esta forma las normas de tránsito, puede ser multada y deberá pagar hasta 76 euros en el lugar. Si se negara a hacerlo, el caso sería traspasado a los órganos administrativos del lugar de su domicilio”.

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Sin embargo, los policías pueden sancionar a la persona y aplicarle una multa únicamente en caso de pillar al transgresor en el mismo momento de tirar la colilla, lo que no es fácil.

Los especialistas en protección del medio ambiente aprecian en todo caso que la medida contra los conductores fumadores indisciplinados haya sido adoptada. Sostienen que reglas semejantes rigen también en otros países desarrollados. En París, por ejemplo, el tirar de la ventanilla de un automóvil una colilla de cigarrillo le puede costar a la persona más de 35 euros, en Montreal más de 100 euros, y en Austria hasta más de 1.100 euros.