República Checa, un país de cerveza con rica tradición de vino

Foto ilustrativa: Eva Odstrčilová, ČRo

La cerveza es sin duda la bebida típica de la República Checa, y es considerada una de las mejores del mundo. Sin embargo, también la vitivinicultura tiene una larga tradición en este país, que se remonta al siglo IV, y existen varias zonas donde la vid se cultiva hasta el presente, especialmente en el sureste del país, en Moravia del Sur. En vista del pronto inicio de la nueva temporada turística de verano, cuando en Chequia se abren al público numerosas bodegas y se organizan excursiones por las rutas del vino, les daremos a conocer la historia de la vitivinicultura en estas tierras.

Foto ilustrativa: Eva Odstrčilová,  ČRo
Cada turista que llega a la República Checa quiere conocer la cerveza local, en especial la de Pilsen, que tiene gran fama en el mundo. Más bien se trata de un valioso patrimonio nacional y en el país existe un sinnúmero de grandes y pequeñas fábricas de cerveza. Pero hay aquí también otras bebidas típicas, como el licor Becherovka que supuestamente ayuda a la buena digestión y se fabrica en base a varias hierbas, aunque su receta se mantiene en secreto. Muy demandado, especialmente en Moravia, es igualmente el aguardiente de ciruelas Slivovice, una bebida bastante fuerte por cierto y, por supuesto, no hay que olvidar el vino, que también goza de amplia popularidad.

La historia del cultivo de la vid en Moravia se remonta al siglo IV

Foto: archivo de Radio Praga
La historia del cultivo de la vid en estos territorios comenzó a escribirse en el siglo IV, cuando esa costumbre fue traída acá por las tropas romanas. Aunque su mayor desarrollo lo registró durante la Gran Moravia, en el siglo IX, cuando comenzó a cultivarse también en el territorio de Bohemia. A la extensión de los viñedos ayudaron más tarde diversas comunidades religiosas, como por ejemplo, los monjes premonstratenses. Y en Praga, concretamente, el cultivo de la vid se debe a las actividades del rey Carlos IV, en el siglo XIV. En el sur de Moravia por su parte, es donde la tradición del cultivo de la vid se conservó mejor hasta el presente, aunque hay extensas plantaciones igualmente en Bohemia, por ejemplo en la zona de Mělník, la de Žernoseky, y también en Praga.

Desde tiempos remotos se conocían los efectos benéficos del vino en la salud

Znovín Znojmo,  foto: Martina Schneibergová

Esta vez nos quedamos en Moravia, en los alrededores de la ciudad de Znojmo, donde en la Edad Media se cultivaban numerosas variedades de uva, según afirma Pavel Vajčner, director de la compañía vinícola Znovín Znojmo.

”Entonces se bebían vinos más oxidados y con un mayor contenido de alcohol. A la vez, en el medioevo en la zona de Znojmo se cultivaban más variedades de uva que en la actualidad. Es porque alrededor de 1870 hubo una enorme plaga que afectó la vid, y numerosas variedades desaparecieron por completo, conservándose sólo una quinta parte aproximadamente. Sea como fuere, independientemente de ser una bebida alcohólica, desde tiempos remotos se reconocían los efectos positivos del vino en la salud del hombre”.

Además, poco a poco, el ser consumidor del vino testimoniaba que esa persona pertenecía a la aristocracia o al alto clero, puesto que no todos tenían entonces acceso a esta bebida. En vez de juntar también toda la uva para presionarla, las distintas variedades comenzaron a presionarse por separado y a fabricarse numerosos tipos de vino.

En el siglo XV el vino comenzó a ser consumido por diversas capas de la sociedad

Pavel Vajčner,  foto: Martina Schneibergová
Fue hasta en el siglo XV que el vino se hizo más accesible y se tomaba en todas las capas de la sociedad. Las plantaciones de uva ocupaban entonces unas 15.000 hectáreas en Bohemia y 20.000 hectáreas en Moravia. Entonces el vino se consumía en mayores cantidades que la cerveza, sostiene Pavel Vajčner.

”Durante los siglos XV y XVI y hasta la Batalla de la Montaña Blanca de 1620, y más bien hasta todavía algún tiempo después, se consumía más vino que cerveza en estos territorios. La cerveza fue desapareciendo y hubo ciudades y aldeas tanto en Bohemia como en Moravia donde se establecía la cantidad de vino que podía ser vendida para impedir la quiebra de las plantas de producción de cerveza”.

La industrialización llevó a un mayor consumo de la cerveza a expensas del vino

Sin embargo, con la industrialización comenzó un nuevo boom de la cerveza a expensas del vino. Los obreros de las fábricas buscaban una bebida más barata que el aguardiente y el vino, y redescubrieron la cerveza. La reducción del consumo del vino en las Tierras Checas continuó también en las postrimerías del siglo XIX, mientras que la cerveza siguió abriéndose camino y se mantiene en la cima hasta la actualidad, recalca Pavel Vajčner.

Foto: Filip Jandourek,  ČRo
”En el siglo XIX, alrededor de 1870 y 1890, las plantaciones de la vid en toda Europa sufrieron tres catástrofes. La mitad de los viñedos fue eliminada por un escarabajo que se comía las raíces de las plantas de uva y luego hubo dos plagas, que llegaron a Europa desde Norteamérica. Éstas acabaron con algunas especies, para salvar otras fue necesario rociar las plantaciones con sustancias químicas, lo que encareció la producción”.

A comienzos del siglo XX se logró restablecer parcialmente los viñedos, pero con la llegada de la Segunda Guerra Mundial se frenó ese desarrollo. También en los años cincuenta, tras la toma del poder por los comunistas y la época del estalinismo, el vino era considerado una bebida de la burguesía, por lo que fue durante largo tiempo se trató de degradarlo.

Los viñedos no desaparecieron a pesar de diversas dificultades

No obstante, los viñedos no desaparecieron por completo ni en Bohemia, ni en Moravia y a partir de los años 70 fue marcado su nuevo desarrollo, que avanzó más todavía tras los cambios democráticos en el país, y la plantación de nuevas variedades de uvas. Y es sintomático que la vid sigue cultivándose en los mismos terrenos en los que sus plantaciones se encontraban siglos atrás, cuenta Pavel Vajčner.

Foto ilustrativa: Kristýna Maková
”Nuestros antepasados conocían bien los lugares donde decidieron cultivar la uva y sabían que, por ejemplo, en esta pendiente no le dañarían las heladas, pero que 20 metros más abajo sí podría suceder. En algunas zonas y, concretamente también en la de Znojmo, las plantaciones de uva se vieron obligadas a competir siempre con la de los pepinos, también típicos de acá. En algunos lugares ganó la vid, en otros los pepinos, cuyo cultivo es mucho más fácil. Lo bueno es que el pepino obligó a la uva a trasladarse a zonas onduladas, donde le va muy bien hasta hoy en día”.

Actualmente los viñedos ocupan unas 19.000 hectáreas de tierras, que se encuentran en especial en el sur de Moravia. La calidad de los vinos locales es muy buena, aunque tiene un sabor diferente a los de Italia o Francia por ejemplo. Los vinos moravos participan con regularidad en competiciones internacionales, y en repetidas ocasiones se han ganado las máximas distinciones. Así también, los vinicultores de la República Checa tienen éxito igualmente en el cultivo de nuevas variedades de uva, de lo que testimonian los vinos tintos Cabernet Moravia o André, y en cuanto al vino blanco el Moscatel Moravo.