Slavia, la cafetería predilecta de Václav Havel

Kavárna Slavia, foto: Ondřej Tomšů

El ex presidente checo, Václav Havel, fue uno de los parroquianos más renombrados de la cafetería Slavia, un tradicional local praguense de encuentro de artistas de diferentes sectores culturales. Café con absenta es la bebida típica de este lugar, situado enfrente del Teatro Nacional, con una vista maravillosa sobre el Castillo de Praga y el Puente de Carlos.

Una cafetería en un lugar estratégico

Cafetería Slavia,  foto: Petr Vilgus,  CC BY-SA 3.0

Situada en el malecón del Moldava, enfrente del Teatro Nacional, el Café Slavia ofrece una vista espléndida a dos de los monumentos más característicos de Praga: el Castillo y el Puente de Carlos.

Gracias a su magnífica posición, el edificio fue testigo de muchos sucesos históricos trascendentales para los checos, como la colocación de la piedra angular del Teatro Nacional en 1868 y su reapertura tras el incendio de 1881. Los clientes del Slavia vieron pasar por aquí el funeral del primer presidente checoslovaco Tomáš Garrigue Masaryk, en 1937.

Mientras que el 17 de noviembre de 1989 pasó por delante de las ventanas de este local la marcha estudiantil que fue dispersada brutalmente poco después en la Avenida Nacional por la Policía, suceso que impulsó la Revolución de Terciopelo y los cambios democráticos en Checoslovaquia.

La manager de la cafetería Slavia, Zuzana Matějková, señala que las mesas situadas al lado de las ventanas del café eran siempre las más solicitadas, desde luego.

“Es gracioso que en el pasado las mesas al lado de las ventanas incluso se alquilaban por dinero, siempre que se efectuaba un evento o una marcha histórica. El que quería verlo tenía que pagar un precio extra aquí”.

La mesa de Havel

La proximidad del Teatro Nacional y el inspirador panorama de las cercanías, hace de la cafetería Slavia un importante centro cultural de la capital checa, donde se reunían siempre actores, pintores y escritores.

Entre ellos destacaba el dramaturgo, disidente anticomunista y posterior presidente checo, Václav Havel.

“El señor Václav Havel solía sentarse a aquella mesita al fondo. Hoy tenemos ahí su fotografía. Ese era su sitio preferido. Al lado del cuadro titulado Bebedor de Absenta, junto a la ventana con la vista a su casa. Él solía sentarse aquí entre los fumadores, porque antes fumaba bastante. Ese era su lugar”, dice Zuzana Matějková.

Gracias a Havel, la cafetería acogió también a muchos personajes renombrados a nivel mundial.

“En la cafetería estuvo por ejemplo Hillary Clinton y otros personajes. Havel siguió acudiendo acá también después de expirado su periodo de funciones presidencial. Venía con sus guardaespaldas con mucha frecuencia”, agrega la manager.

El destilado capaz de convertir el Moldava en el Sena

En el Café Slavia buscaba inspiración también el único Premio Nobel de Literatura checo, Jaroslav Seifert. El poeta, que recibió el prestigioso premio en 1984, solía pedir generalmente café con absenta, bebida típica de este local.

“El señor Seifert solía tomar café con absenta, bebida que describe en uno de sus famosos poemas, que incluimos en los menús. Allí dice que tras beber la absenta el río Moldava y la colina de Petřín de Praga de pronto se convertían en el Sena y la Torre Eiffel de París. La absenta es un aguardiente típico que se bebía siempre en este local”, indica la señora Matějková.

El mencionado poema narra cómo de vez en cuando entraba al local el mismo Guillaume Apollinaire por una puerta secreta del malecón hecha de un cristal tan nítido que resultaba casi invisible…

“En honor al poeta
solíamos beber absenta.
Es más verde
que todo lo verde,
y al mirar de la mesa por las ventanas,
bajo el malecón corría el Sena.
¡Oh, sí, el Sena!
Porque más allá con piernas ampliamente separadas
la torre Eiffel estaba parada.”

El bebedor de absenta y el hada verde

El destilado de ajenjo inspiró también el surgimiento del cuadro más famoso del Café Slavia. La obra ‘Bebedor de Absenta’ muestra a un hombre sentado en la cafetería con los ojos puestos en un hada desnuda de color verdoso sentada en su mesa.

El cuadro 'Bebedor de Absenta' | Foto: Ian Willoughby,  Radio Prague International

El cuadro, que hoy día forma parte del genius loci del Café Slavia, fue pintado por Viktor Oliva, fallecido en 1928.

“El cuadro ‘Bebedor de Absenta’ reemplazó a otro cuadro de Viktor Oliva, titulado ‘Madre Slavia’, que estaba colgado aquí antes de la restauración de la cafetería, cuando la sala estaba dividida entre varios salones, mientras que hoy está formada por una única sala extensa. El cuadro anterior fue regalado a la Galería Nacional. La obra cuadra muy bien con este lugar gracias al hada verde”, apunta Zuzana Matějková.

La absenta sigue siendo una de las bebidas más solicitadas en el local hasta hoy día.

“Antes la absenta se bebía sola, en chupitos, más tarde se tomaba con café. Algunos clientes quieren probarla sola hasta hoy día, pero siempre les advertimos que es un alcohol muy fuerte, que no se puede tomar toda la noche”, dice entre risas la señora Matějková.

Coronitas y ataúditos, pasteles típicos checos

En la cafetería, por supuesto, pueden pedir bollería y pasteles típicos checos.

“Servimos aquí buñuelos que se hacen años y años según la misma receta tradicional. Y luego ofrecemos los pasteles clásicos como věnečky y rakvičky, o sea coronitas y ataúditos, que también se hacen según las recetas tradicionales. No hay por qué cambiarlas”, añade la manager.

Foto: Ian Willoughby

En el ámbito eslavo, el nombre de Slavia remite a la idea del paneslavismo, o sea, la unión cultural, religiosa y política entre los países eslavos de Europa.

La cafetería del mismo nombre situada en Praga funciona como un punto de encuentro de artistas, científicos, profesores y políticos, por lo menos a nivel nacional.

Es otro de los locales praguenses que recuerda los grandes sucesos históricos y en el que podrán dejarse inundar por la melancolía. Especialmente por la tarde, cuando se puede escuchar en el local música de piano en directo.

El pianista, generalmente, toca temas clásicos y de bandas sonoras de películas antiguas, todos los días desde las cinco de la tarde hasta la hora de cierre del local.

¡Hasta el próximo sábado, amigos, en otra de las cafeterías más renombradas de Praga!

Autor: Roman Casado
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