La idiosincrasia gitana anima las calles de Praga

Foto: ČTK

En días recientes se celebró en Praga el festival Khamoro, un festival de cultura gitana. Fue una oportunidad para conocer más de cerca sus expresiones artísticas clásicas y los trabajos de artistas de actualidad que se han fusionado con otras culturas. El elemento gitano español se hizo presente con la agrupación sevillana Fuego y Fragua. Radio Praga conversó con ellos y se coló en el gran desfile gitano que recorrió el centro de la ciudad.

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El pasado fin de semana se cerró en Praga el festival internacional de cultura romaní, mejor conocido como el festival Khamoro. En idioma romaní Khamoro significa 'sol' y denominar el evento así obedece al espíritu entusiasta y cálido que se pretendió contagiar durante el festival.

Es de carácter mundial y reúne en Praga a comunidades gitanas de todo el mundo que vienen a la capital checa a hacer gala de su cultura y arte. El festival da para mucho, pero no puede faltar ni el baile ni la música, expresiones en las que los romaníes son considerados a nivel mundial como grandes exponentes.

En esta edición se invitó a un grupo del sur de España, que para la ocasión se ha llamado a sí mismo Fuego y Fragua. Surgió de la espontaneidad y de la necesidad, como nos relata su bailaor Manuel Bellido.

Fuego y Fragua,  foto: Ana Briceño
"Lo que es el grupo grupo lo hemos formado para venir aquí. Digamos no tenemos un grupo fijo que vamos a un lado, no. Yo, por ejemplo, el mes pasado estuve en Austria y era con otro grupo diferente. Entonces digamos que nosotros como músicos vamos cambiando de músicos, de gente".

El colectivo que se unió para formar parte de Khamoro está integrado por los bailaores María José León y Manuel Bellido, Tremendo Hijo al cante, y José Antonio Acevedo a la guitarra y Maera al ritmo, quien nos explica los lazos que existen entre los miembros del grupo.

ʺLa columna vertebral del grupo es el guitarrista y los dos cantaores. Los dos cantaores, uno es como si fuese sobrino mío porque su padre se ha criado conmigo desde pequeño y somos como hermanos. Sin ser hermanos de sangre es la familia que uno elige en la vida. Entonces pues claro ellos me dicen tito, me tratan como si fuese de su familia, como si fuese verdaderamente su tíoʺ.

El aspecto vincular entre los que se paran en la tabla es casi tan importante como el profesional. Ya Maera había estado hace dos años en el festival Khamoro, pero con otras personas y en vista del retorno a Praga tuvo que buscar a otros bailaores, pues los que vinieron antes están ahora fuera de España. Sobre la búsqueda de una bailaora comenta Maera.

"Empecé a buscar a alguien que fuese además de buen profesional, como si fuese también de la familia. Pensamos en María José que es una profesional extraordinaria, que su padre es cantaor, que le viene de familia y todo esto, una cosa que se aprende en la casa sin darte cuenta".

Como bailaor quedó Manuel a quien Maera conoció hace años en un tablao de Sevilla y a quien considera parte de la gran familia.

Fraguadores y artistas de camino

Manuel Bellido,  foto: Ana Briceño
Como todos los grupos étnicos-culturales, los gitanos son conocidos por su buen desempeño en ciertos oficios, de los que nos habla Manuel, el bailaor.

"Las canastas, los que hacían la alfarería, los hierros, los que iban por los caminos. Eran nómadas, los gitanos prácticamente han sido nómadas. No tenían una casa fija, iban de un lado a otro dependiendo de las circunstancias".

También hacían artesanía y carpintería. Sin embargo, en la actualidad trabajan en diferentes disciplinas.

Quizá la misma manera en que se ha configurado el grupo Fuego y Fragua, nos habla del espíritu gitano: los integrantes no están atados entre sí ni tampoco a una localidad fija para que el grupo se mantenga. Sin embargo, la unión de talentos se da también por el sentido de comunidad y de tradición.

El camino a la integración

Históricamente, la comunidad gitana, así como otras, ha sufrido la persecusión y la discriminación por parte de los grupos socio-culturales predominantes al lado de los cuales convive. No obstante, en el caso de España la marginación ha dejado de ser una preocupación, como explica Maera.

Maera,   foto: Ana Briceño
ʺLos gitanos que ya llevamos tiempo y estamos introducidos dentro de la sociedad vivimos como una persona más. Yo pienso que ahora mismito los gitanos estamos totalmente integrados en la sociedad española. Lo que pasa es que bueno, tenemos nuestras costumbres, que las respetamos y las seguimos guardando como una cosa nuestraʺ. En el caso español, los gitanos han aportado muchísimo a lo que es la consolidación de la cultura española. Por ejemplo, aunque el género del flamenco no sea exclusivo de los gitanos, sí que le han aportado bastante.

Pese a la buena articulación entre el sentir gitano en la estructura de los que es España como país, hay una sensación entre todos los gitanos de que el mundo tiene una deuda grande con ellos, así como con otras comunidades, agrega Manuel.

"Yo creo que la sociedad no lo ha aceptado del tirón sino que eso ha sido un proceso muy poco a poco de aceptar la gente a los que son de otra raza. Incluso, hoy día sigue habiendo racismo, pero yo creo que sí, que la sociedad le debe a esta etnia, ya sea gitana, sea negra, quien sea, yo creo que sí".

El camino por andar

Una de las asistentes al desfile, Janette Horvathová, de origen checo, comentó a Radio Praga sobre el caso concreto de la República Checa, en el que la aceptación de la comunidad romaní sigue siendo un anhelo un poco lejos de hacerse realidad.

"A ello tienen que llegar solos, porque nosotros no podemos, cómo decirlo, imponerles nuestra cultura. Después de tantos años que estamos acá yo creo que ya deberían aceptarla. Hay diversas naciones, entonces eso ya depende de ellos, de su sentido común".

Foto: ČTK
La caravana romaní recorrió todo el casco histórico de Praga al mediodía, bajo el sol en su punto de mayor expresión. Toda una ornamentación encabezada por grupos romaníes de diferentes partes del mundo con sus trajes típicos, una gran orquesta, el colectivo de flamenco, que caminaba llevando su tabla para ponerla en cualquier momento en el concreto y comenzar a tablear, y niños y jóvenes bailando a los diferentes sones.

El desfile hizo notar que definitivamente lo que más une a los gitanos del mundo es la música. Sin embargo, en el marco del festival se llevaron a cabo otras actividades para que los visitantes se familiarizacen con la cultura romaní más allá de la música, por ejemplo, exhibiciones fotográficas de artistas romaníes, conferencias sobre literatura y lengua romaní y conciertos de músicos que experimentan con otros géneros, como el jazz.

De esta manera, el festival Khamoro le da su merecido lugar a los gitanos en un espacio universal al que ha aportado tanto como se ha enriquecido.

Autor: Ana Briceño
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